lunes, 10 de mayo de 2010

Rain

Porque todos fuimos niños y todos vimos llover.


El famoso dibujo “Hombre de Vitruvio” del pintor Leornardo Da Vinci toma vida en una escena: aros de metal del tamaño de una persona giran sobre el piso mientras un acróbata se sujeta al diámetro con sus brazos y piernas extendidos, un aura roja acentúa la anatomía humana, crea la especial estética de que el aro es en realidad de fuego; esta es una de las escenas ofrecidas por Cirque Eloize en Rain - Como lluvia en tus ojos-.


Esta compañía de origen canadiense presenta en el Teatro Metropólitan del 5 al 16 de mayo Rain, la segunda parte de la denominada “trilogía del cielo”, un espectáculo donde la lluvia es de imaginación y belleza, circo performático moderno y mágico que aguijonea la subjetividad nostálgica de los recuerdos de infancia desde la perspectiva de su autor y director Daniele Finzi Pasca.


Como parte de una gira internacional, Cirque Eloize hace escala por segunda ocasión en menos de un año en México, el recibimiento de la novedosa propuesta de teatro-circo ha sido favorable pese a la crisis económica gracias a la cual los sitios vacíos del frente deben ser ocupados por quienes compran su boleto algunas filas de más atrás.


Conformado por jóvenes artistas de varias nacionalidades, Eloize fue fundado en 1993, y cuenta con 7 obras presentadas en todo el mundo: Cirque Éloize, Excenticus, Cirque Orchestra, Nomade, Rain y Nebbia, ésta última punto final de la trilogía, fue estrenada en México durante 2009.


Rain es la ventana al mundo del niño italiano Daniele Finzi: infantes hermosos jugando al futbol bajo la lluvia, pateando los charcos, deslizándose en el piso. Armoniosos bailes estimulados por un piano en escena, mascadas en la cabeza y medias arriba de la rodilla que nos ubica en un pasado un tanto vintage, de cuando los grandes hacen fiesta y los niños espían. Las acrobacias, contorsiones y el baile se acompañan de cuadros sobrios y luminosos de danza aérea, telas negras contrastando con elásticos rojos de los artistas.


El tradicional chiste circense es detonado con ingenuidad e inocencia, atrapa al público pequeño y al grande lo catapulta a estados de ánimo menos abstemios. La compañía incluso se mofa de la necesidad de definir o encasillar su espectáculo, lo único cierto son la disciplina y la calidad artística en escena de este nuevo circo.